jueves, 22 de diciembre de 2016

La importancia de la madera legal

Los delitos forestales suponen un coste de entre 30.000 y 100.000 millones de dólares al año

¿Alguna vez ha pasado la mano por una mesa reluciente y se ha preguntado de dónde viene su madera? ¿O quién cortó los troncos que se convirtieron en su estantería? ¿O qué árboles se usaron para producir el lápiz que está mordiendo en este momento?

Parese un momento y piense en todas las personas cuyos medios de vida, historia y futuro giran alrededor de los bosques, que generan la madera que importamos, cerca de 1,6 millones de personas depende directamente de las masas forestales, además otros miles de millones de personas tienen un interés indirecto ya que los árboles absorben y almacenan el dióxido de carbono que contribuye al calentamiento global y al cambio climático.

 A nivel mundial, el Pnuma y la Interpol estiman que los delitos forestales suponen un coste de entre 30.000 y 100.000 millones de dólares al año, es decir, entre el 10% y el 30% del comercio mundial de madera.Y
 el golpe para las poblaciones locales es doble: cuando los bosques se talan de forma ilegal, no solo se amenazan sus medios de vida y su seguridad alimentaria, sino que los impuestos perdidos por el crimende entre 10.000 y 15.000 millones de dólares anuales y que socavan las redes de asistencia social que podrían ayudar a las víctimas de estos delitos ambientales.

 

Pero la tala ilegal se puede parar y, como consumidores, podemos ayudar. La Unión Europea es uno de los importadores individuales más grandes del mundo.
 Este hecho refuerza la estrategia de la UE para luchar contra la tala ilegal a través del Plan de Acción sobre Aplicación de las Leyes, Gobernanza y Comercio Forestales  (FLEGT). 
 
El plan ofrece incentivos económicos a los países productores de madera que deciden unirse a él, al facilitar el acceso de madera legal y otros productos relacionados a los 28 países de la UE. También protege a los consumidores con normas para garantizar que la madera disponible en los mercados de la UE es legal. 
 
El objetivo último del FLEGT es, que cualquier pais miembro de la de la UE pueda comprar una mesa o una estantería de madera con la seguridad de que es madera “limpia”, con un origen lícito. La forma más fácil de cumplir con este requisito es a través de las condiciones establecidas en los acuerdos de asociación voluntaria (AAV) entre la UE y los países productores.
 
A través de estos acuerdos, cada país establece una definición de "legal". Se involucra al sector privado, a la sociedad civil y a las organizaciones indígenas en el proceso de redacción de los acuerdos, algo esencial para FLEGT.
 
 Este mes se ha dado un importante paso adelante: Indonesia y la UE acordaron emitir la primera licencia FLEGT del mundo, que asegurara que la madera indonesia que llega a la UE se ha talado, transportado, tratado y negociado legalmente.
 
En la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estamos apoyando. Ayudando a los gobiernos y al sector privado en los países productores de madera a mejorar su gobernanza forestal y a que las personas tomen decisiones y animen a cumplir las medidas sobre el uso, el manejo y la conservación de los bosques.
 
Teniendo en cuenta los desafíos ambientales que suscita el calentamiento global y la tala de bosques, para ampliar las tierras agricolasa, los países cada vez se hacen más preguntas: ¿Se utilizan nuestros bosques de manera sostenible? ¿Se conservan para las generaciones futuras? ¿Qué voces se escuchan? ¿Estamos sacando el máximo partido de este recurso natural para nuestra población?
 
 El Programa FLEGT de la FAO ha proporcionado recursos técnicos y apoyo a más de 200 proyectos en 40 países.
 
 En Perú,en Filipinas,en Ghana,República del Congo la FAO apoya los proyectos y alluda a llevarlos a cabo
En resumen: el buen manejo forestal elimina la corrupción y también la violencia que puede acompañar a la delincuencia, poniendo fin a un círculo vicioso. Iniciativas como FLEGT, incluyendo una legislación similar que existe en Australia y Estados Unidos, marcan una diferencia fundamental, y han conseguido que el comercio ilegal de madera se reduzca un 22% desde 2002.

Y con el respaldo de millones de consumidores y sus gobiernos, FLEGT continuará ayudando a los países productores de madera a optimizar sus recursos naturales mediante un comercio internacional y una gestión forestal más justa para mi.




Raíces fuertes contra el cambio climático

Expertos en el papel de los bosques apuestan por dar más protagonismo a las comunidades locales


Los bosques pueden ser un arma importante en la batalla contra el cambio climático (árboles y plantas almacenan hasta un 25% del dióxido de carbono que se absorbe de la atmósfera). Cuando se destruyen, talan o queman, ese CO2 es liberado. En ambos casos, son un factor importante en la lucha. Y a raíz del empujón internacional para atajar las alteraciones del clima, la conservación de los bosques también ha saltado a un primer plano hay unos objetivos que cumplir y para llegar a ellos se van desarrollando programas, asignando fondos, estableciendo mecanismos... Pero puede que en ocasiones se piense en la copa del árbol sin haberse asegurado de que hay unas raíces sólidas.
Para conseguir resultados reales contra el cambio climático, tiene que haber unas condiciones previas", sostiene Jeff Campbell, responsable del mecanismos para bosques y fincas, un programa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esas condiciones son el adecuado desarrollo económico y social de las comunidades que viven por y para los bosques, asegurar sus derechos sobre las tierras, aprovechar sus conocimientos sobre los mismos... En definitiva, todo eso que se suele resumir en el consabido "poner a las comunidades locales en el centro". 
Uno de esos proyectos por objetivos es el mecanismo internacional REDD+, esbozado en 2005 en el marco de la convención de Naciones Unidas sobre el cambio climático. Como señala el informe de 2016 sobre el estado mundial de los bosques de la FAO. Así que la idea es sencilla: si los países en desarrollo consiguen sus emisiones por la vía de los bosques, los más desarrollados les compensarán económicamente. 

“Hay un divorcio entre estos mecanismos multilaterales y la realidad”, Víctor López sostiene que la única manera de reducir las emisiones será cambiando el modelo de desarrollo de los países, con todo lo que ello conlleva. “Porque solamente con dinero e inversiones no se conseguirán avances”, mantiene
 En el caso de REDD+, el programa contempla una complicada fase de preparación sobre criterios de medición, estrategias, planificación antes de fijar las metas de emisiones.  Esa es la etapa en la que se encuentra una gran mayoría de países.Y en esta especie de stand-by, hay quien ve una oportunidad para dar un giro al carácter de la iniciativa.
 “El programa está diseñado desde arriba hacia abajo: tenemos que darle la vuelta”, opina María Sanz, directora del Centro Vasco para el Cambio Climático y excoordinadora del REDD+ en FAO. “Porque si no, no avanzamos, solamente hablamos”. De hecho, el proyecto inicial ya ha dado giros para incluir otros enfoques más allá de las compensaciones y hay casos de éxito, en Panama.
 Hay que poner las acciones contra el cambio climático en su contexto adecuado, que es el del desarrollo sostenible", dice  Maria Sanz

Entre las experiencias de distintos países que se han compartido estos días en la sede de la agencia con motivo del 32º comité forestal y la Semana Mundial de los Bosques el mensaje es que hay que ir más allá y permitir que la conciencia de conservación y gestión eche raíces entre las comunidades para que crezca vigorosa y dé frutos. "Contar con ellas es la única manera de asegurar efectos positivos para el clima y, sobre todo, que estos sean sostenibles", ilustra Campbell. "Porque si no, podemos ir a cualquier sitio y plantar un montón de árboles pero, ¿quién los cuidará mañana?"






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